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¿Quién era el pandillero velado en la zona 1 el día de la masacre?

El joven tenía múltiples antecedentes criminales y su velorio fue escenario de un ataque que dejó ocho muertos y más de una decena de heridos.

Las autoridades identificaron como Jeiver Gabriel Vargas Ávila, de 24 años, al presunto integrante del Barrio 18 cuyo velorio fue interrumpido por una masacre el pasado lunes por la noche en una funeraria ubicada en la 17 calle y avenida Centroamérica, zona 1 de la capital.

La noche del ataque, sicarios armados irrumpieron en el lugar y dispararon indiscriminadamente contra los asistentes, dejando un saldo de ocho fallecidos y al menos 12 personas heridas, en un hecho que el Ministerio de Gobernación atribuyó a una disputa directa entre pandillas.

Un historial marcado por la violencia

De acuerdo con registros del Organismo Judicial (OJ), Vargas Ávila acumulaba varios antecedentes penales y había sido detenido en al menos cuatro ocasiones.

Su primer ingreso a prisión fue el 15 de diciembre de 2022, cuando fue enviado al centro carcelario Pavoncito por delitos varios, según resolvió el Juzgado Segundo Pluripersonal de Primera Instancia Penal.

Posteriormente, fue capturado el 3 de septiembre de 2023, acusado de alteración al orden público. Aunque fue fichado en la carceleta de Torre de Tribunales, el Juzgado de Paz decidió otorgarle la libertad.

Su historial delictivo continuó. El 28 de enero de 2024, un juzgado especializado giró una orden de captura contra Vargas por violencia contra la mujer, en su manifestación física. Fue detenido el 13 de febrero en un operativo policial y volvió a comparecer ante los tribunales el 4 de agosto de 2024, tras ser acusado de agredir físicamente a una mujer de 20 años.

Un velorio con riesgo conocido

Según el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, el ataque en la funeraria fue perpetrado por pandilleros rivales de la Mara Salvatrucha, quienes irrumpieron en el lugar y abrieron fuego contra familiares y compañeros del fallecido.

“Este no fue un ataque contra la ciudadanía trabajadora, sino un enfrentamiento directo entre estructuras criminales”, afirmó Jiménez.

El funcionario confirmó que el velorio había sido catalogado como evento de alto riesgo, por lo que se había destinado presencia policial en la zona. Sin embargo, los agentes asignados abandonaron el lugar minutos antes del ataque, lo cual ha derivado en una investigación interna.

“Es inaceptable. Serán reconcentrados e investigados por la Inspectoría General. Si se determina responsabilidad, los agentes serán puestos a disposición de los tribunales”, agregó.

En la escena del crimen, el Ministerio Público reportó el hallazgo de 52 indicios balísticos, lo que revela la magnitud del ataque.

Las personas heridas fueron trasladadas al Hospital General San Juan de Dios, donde posteriormente se confirmó el fallecimiento de una de ellas. Cuatro más fueron dadas de alta, mientras que otras permanecen en observación o fueron intervenidas quirúrgicamente.

Jiménez fue tajante al señalar que “las pandillas se están destruyendo entre sí”, y que el Estado responderá con firmeza ante este tipo de hechos que, aunque se dan entre estructuras criminales, afectan la percepción de seguridad nacional.


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